Por Felipe Castro:
La incursión en el activismo político, es una especie de contrato no escrito o aleatorio entre los activistas, precandidatos, candidatos y futuros funcionarios del Estado.
El activismo político es un abismo de sacrificio; consume mucho tiempo, se gasta dinero, se deteriora la salud, se ponen en riesgos los negocios de los activistas y se lacera la relación familiar. Todo esto transforma al activista político en acreedor en primera línea del partido en el cual milita y de los que se postulan a las diferentes posiciones del poder estatal, y los postulados se constituyen en sus deudores por aleación.
La cúpula gobernante del partido revolucionario moderno (PRM) debe ser el único partido en el mundo que en oposición trata a sus activistas políticos como hidalgos y al llegar gobierno los convierte en plebeyos.
El presidente de la republica Luis Abinader tiene un puesto seguro en lo insólito y en el libro de record mundial Guinness, ya que sin motivo aparente hizo la conversión de deudor que es, de los activistas políticos prmeistas a transformarse en acreedor de los mismos. Pero no cualquier tipo de acreedor, sino que se trasmuto por acomodo en acreedor de la época de la barbarie del derecho Romano del siglo VIII antes de Cristo denominado Nexum, en que el acreedor o prestatario hacia de su deudor un esclavo con la potestad de disponer hasta de su vida.
Aquel que no cumple con lo que debe y se comprometió a pagar se llama deudor recalcitrante o mala paga, pero quien siendo deudor aleatorio por los trabajos políticos realizados por sus compañeros que solidariamente lo llevaron al poder, y a los pocos que les “paga” desde el poder los convierte en sus deudores es un verdadero autócrata.
Es antidemocrático el hecho que, por un simple nombramiento ganado a base de sacrificios, el presidente Luis Abinader y sus funcionarios entiendan que esos desafortunados se constituyan en zombis al servicio de la reelección. Así como Saulo de Tarso fue inquisidor de los cristianos, asimismo los reeleccionistas se han constituido en inquisidores de los seguidores de Guido Gómez Mazara y Ramón Alburquerque.
El derecho de elegir y ser elegido, así como el derecho a un empleo digno es son principios constitucionales, pero paradójicamente el presidente de la republica que es el guardián de la constitución, por su ambición personal de tratar de alcanzar la repostulación presidencial ha secuestrando el pensamiento del funcionariado publico y de los aspirantes a los distintos puestos de elección popular del partido revolucionario moderno, al disponer de sus indecencias de criterios violando conscientemente la constitución de la republica.
Es decir, que por el hecho de alguien ser nombrado en una función publica ipso facto Abinader los hace esclavo del pensamiento; hipoteca su cabeza, a la ultranza del Nexum en pleno Siglo XXI.
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